de cada cuatro españoles ha sufrido dispepsia en los últimos 6 meses, según el libro Patología Digestiva Funcional, editado por SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria), una guía de diagnóstico y tratamiento para los médicos de Primaria. La guía recoge “un aspecto tan importante como las comorbilidades asociadas -otras patologías- que estos pacientes presentan, fundamental en muchos casos para poder entender los síntomas que padecen y poder orientar su tratamiento de una forma más global y completa”, indica el doctor Enrique Peña, coordinador del Grupo de Trabajo de Digestivo de SEMERGEN y coautor del libro.
La dispepsia es toda molestia o dolor referida a la zona superior del abdomen y que es achacable al aparato digestivo. A pesar de su frecuencia, tan sólo supone un 8% de las consultas de Atención Primaria, lo que hace pensar a los autores que “la gran mayoría de pacientes que padecen síntomas dispépticos no acuden a su médico en busca de un alivio o tratamiento”. Uno de los problemas de este trastorno es su bajo diagnóstico, reconoce el doctor Peña, lo que atribuye, en parte, a que muchos de los pacientes acuden a consultar a la farmacia y solicitan un alivio sintomático puntual que estos les puede ofrecer, optando pues en muchas ocasiones por la automedicación.
Los síntomas digestivos son muy variados. “Varían desde los más frecuentes, como la pesadez posprandial –tras la comida-, la saciedad precoz y el ardor epigástrico o la hinchazón abdominal a otros menos habituales como la sensación nauseosa, los eructos”. En la mayoría de las ocasiones no se conocen las causas (60%), en cuyo caso se denomina dispepsia funcional. “El otro 40% restante de las dispepsias responden a una causa orgánica, siendo las más frecuentes la esofagitis por reflujo (13,5%) y la úlcera péptica (8%), con mucha diferencia sobre patologías malignas, como el cáncer esofágico o gástrico (2%)”, explica el doctor Peña.
Se diagnostica dispepsia funcional cuando tras todas las pruebas diagnósticas (incluida una endoscopia), no se llega a encontrar una causa orgánica que justifique los síntomas del paciente. En muchos casos los síntomas se producen tras una comida normal y se repiten varias veces por semana, como sensación de plenitud, que produce molestia, y saciedad precoz.
El tratamiento de la dispepsia funcional, según el doctor Peña, “debe estar enfocado a aliviar los síntomas sin ocasionar, como en cualquier otro caso o patología, efectos secundarios indeseables”. En este sentido, en el pasado Congreso de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) se presentó un medicamento de origen natural, Iberogast, que permite, por primera vez, combatir diferentes síntomas asociados a trastornos gastrointestinales, tales como, dolor de estómago, hinchazón abdominal, flatulencia, cólicos gastrointestinales, náuseas y ardor de estómago.
Seguridad como placebo
"Este medicamento ha abierto una puerta terapéutica con unos resultados clínicos iniciales muy prometedores, que ya permiten incluirlo en los esquemas terapéuticos habituales, y con una seguridad similar a placebo", según el doctor Ángel Álvarez Sánchez, del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, que ha participado en la guía.
Iberogast se comercializa en España tras haberse convertido en el medicamento más dispensado para el tratamiento de la dispepsia y el síndrome de intestino irritable en Alemania y el quinto más vendido sin receta. Su eficacia ha sido probada en más de 25 ensayos clínicos con 50.000 personas, y más de 20 millones de pacientes lo han utilizado en todo el mundo. Está compuesto por una combinación de 9 fitoextractos que han demostrado actuar de forma sinérgica. Diversos estudios han demostrado que ejerce una acción clara sobre la motilidad, ya que incrementa el tono muscular del esfínter esofágico inferior, favorece la relajación del fundus gástrico, con lo que disminuye la sensación de saciedad precoz y plenitud, aumenta la motilidad antropilórica, mejorando las digestiones pesadas, y puede ayudar a regular el tránsito intestinal.
Recomendaciones
Entre las medidas generales para evitar o minimizar los síntomas de la dispepsia funcional o del síndrome del intestino irritable están el comer despacio y en pequeñas cantidades para favorecer la relajación adaptativa y el vaciamiento gástrico, evitar los tóxicos (alcohol, tabaco, fármacos -sobre todo AINEs-) o alimentos muy condimentados o grasos, así como aprender a controlar las situaciones de estrés (psicoterapia).